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El convenio, de dos años de duración, tiene como objetivo revitalizar la agricultura madrileña en las zonas rurales y periurbanas, además de contribuir a potenciar el producto local, la economía agraria y la agricultura ecológica, con la gestión y el asesoramiento de los investigadores del IMIDRA, que llevarán a cabo la formación de quienes estén interesados en aumentar sus conocimientos del sector agrícola o consideren la posibilidad de emprender en él.
También se pretende fomentar el emprendimiento en el sector del campo, poniendo en el mercado local productos de calidad, ecológicos y tradicionales que apuesten por la agricultura sostenible, ecológica y la recuperación de variedades tradicionales para generar empleo, facilitar el relevo generacional en el campo. Con éste serán ya cuatro los huertos abiertos que están en marcha en la Comunidad de Madrid desde su creación en 2015, tres de ellos en colaboración con los ayuntamientos de Perales de Tajuña, San Lorenzo de El Escorial y Móstoles.
Investigación agroalimentaria en Madrid
El nuevo Agrolab estará ubicado en la finca que los hermanos Sandoval poseen en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial, en total más de 8.000 metros cuadrados que se destinarán íntegramente a las huertas y otros cultivos agrarios y ornamentales del proyecto. Tanto las semillas como las herramientas de labor, además de las tutorías semanales, correrán a cargo de los responsables del IMIDRA quienes, a su vez, se encargarán de dotar a los participantes de las competencias y conocimientos necesarios para el desarrollo de los cultivos.
Entre los cuatro Laboratorios de Agricultura Abierta (Agrolab) existentes en la actualidad, cada mes se organizan de dos a cuatro talleres que promueven la adopción de técnicas de cultivo sostenibles, con énfasis en la agricultura familiar y responsable desde el punto de vista social y ambiental, y con el fomento de productos tradicionales y de cercanía. Además, se hace especial hincapié en la agricultura participativa, como actividad potencialmente generadora de empleo. También se impulsa el intercambio de conocimientos entre generaciones y regenera la conexión entre los habitantes del campo y de la ciudad, y la producción obtenida se destina al autoconsumo de los participantes y el excedente se dona a entidades sociales.
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