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Es el Grand Tour de Cataluña, un itinerario circular para descubrir toda la esencia y el sabor de un territorio muy rico y variado en ingredientes y productos locales que dan lugar a una cocina única. Una forma de viajar conectando iconos culturales, parajes naturales y placeres enogastronómicos que definen la personalidad de esta tierra, tanto en el medio rural como en el urbano.
Inspirado en los grandes viajes que se iniciaron a mediados del siglo XIX, el Grand Tour de Cataluña conforma un recorrido de más de 2000 kilómetros concebido para hacerlo en vehículo motorizado de dos maneras: en una ruta única de trece días, o bien en cinco tramos, de entre cinco y siete etapas cada uno, pero en todos los casos descubriendo, desde el respeto por el medio ambiente, la vida local y los deliciosos productos de proximidad catalanes.
Foto: © Agencia Catalana de Turismo
El Tramo 2, al encuentro de la historia
Como, por ejemplo, el Tramo 2 entre Tarragona y Lleida, un recorrido al encuentro de la historia que comienza en los espacios arquitectónicos de la antigua Tarraco para luego, siguiendo el curso del Ebro, llegar hasta su delta, uno de los espacios de mayor biodiversidad del país. El tramo sigue con propuestas como pedalear por un trazado ferroviario reconvertido en vía verde, buscar las huellas de Picasso y Gaudí o descubrir las leyendas del Montsant y los excelentes vinos del Priorat, la antesala del silencio monástico de la Ruta del Císter y de Lleida, la capital de la Terra Ferma.
En total, siete etapas —Tarragona a Cambrils, Deltebre, Horta de Sant Joan, Falset, Montblanc, l’Espluga de Francolí y Lleida—, una sabrosa ruta que ya en la primera etapa nos propone una agradable parada en Reus para disfrutar de su tradicional hora del vermut mientras nos explican la historia de esta bebida trasladándonos a los años en que se exportaba a medio mundo desde esta ciudad, una época de esplendor que dio lugar a la construcción de destacados edificios modernistas.
La propuesta continúa con la experiencia de probar la famosa cocina marinera de Cambrils, capital gastronómica de la Costa Daurada. Aquí hay que probar su delicioso suquet de romesco antes de seguir hacia L’Ametlla de Mar —que cuenta con el certificado de Villa Marinera— donde podremos caminar por su animado puerto y después degustar algún plato de atún rojo, un pescado que ya servía como fuente de proteínas para los antiguos legionarios romanos.
Foto: © Agencia Catalana de Turismo
Las catedrales del vino, el viñedo del Priorat y el aceite de Les Garrigues
Después de pasar por el Delta de l’Ebre, uno de los humedales más importantes de Europa, tenemos que hacer una parada imprescindible para visitar las Catedrales del Vino, un selecto grupo de bodegas catalanas agrupadas bajo este nombre por su diseño modernista y monumental.
En la siguiente etapa nos espera nada menos que el viñedo del Priorat, la tierra de los vinos de las Denominaciones de Origen Monsant y Priorat, con multitud de actividades para descubrir el apasionante mundo del vino y su cultura, desde una visita al viñedo hasta su proceso de elaboración y, por supuesto, la cata de algunos de los mejores vinos de la zona.
La mejor antesala para, en la siguiente parada, Montblanc, disfrutar de un suculento desayuno en una bodega a base de pa amb tomàquet y aceite de oliva virgen extra, butifarra negra, longaniza seca, queso, aceitunas, frutos secos y, como no, una copa del excelente vino de la zona. Y ya en la última etapa llegamos a las Terres de Lleida, donde hacemos un alto en el camino para degustar el aceite de la oliva arbequina virgen extra de Les Garrigues, con Denominación de Origen Protegida.
Para organizar tu ruta del Grand Tour de Cataluña y conocer las experiencias y destinos concretos de cada tramo, puedes consultar en esta dirección.
La entrada Recorriendo el Grand Tour de Cataluña al encuentro de la historia aparece primero en Diario de Gastronomía: Cocina, vino, gastronomía y recetas gourmet.
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