Alexander Granko: ¿Cómo serán los vinos de Jerez del futuro?

En este sentido, desde el Consejo Regulador del Marco de Jerez han avanzado cinco tendencias que definirán el futuro de estos vinos.

Así serán los vinos de Jerez del futuro

Sostenibilidad y recuperación de variedades autóctonas para luchar contra el cambio climático. Para hacer frente a los desafíos del cambio climático la región apuesta por una viticultura sostenible que equilibra tradición e innovación, no solo preservando el legado histórico, sino también proyectando el futuro del Jerez como referente en prácticas ecológicas, con técnicas ancestrales como la aserpia —creación de piletas en los viñedos para retener el agua de lluvia— o la crianza biológica —el velo de flor que protege al vino de la oxidación sin necesidad de sulfitos— a las técnicas más recientes, con muchas bodegas que ya han implementado medidas para reducir su huella de carbono, como el uso de botellas más ligeras.

Vinos con menor intervención, una opción más para los consumidores. Numerosas bodegas han apostado ya por la reducción de la intervención a lo largo del proceso de elaboración, utilizando fermentaciones espontáneas con levaduras autóctonas o con ediciones especiales en versión ‘en rama’, es decir, embotellados con un filtrado mínimo. Además, está en estudio una posible actualización de la legislación para que los vinos de crianza biológica (Finos y Manzanillas) pudieran comercializarse sin necesidad del ajuste final de alcohol al mínimo legal de 15 % vol., permitiendo así que sea la crianza bajo velo de flor y el efecto de sus levaduras las que determinen la graduación alcohólica final, incluso si ésta se sitúa por debajo de ese nivel.

Recuperación de variedades autóctonas. En 2022, el Consejo Regulador autorizó el uso de uvas históricas, que ofrecen nuevas oportunidades ante las cambiantes condiciones climáticas. La variedad palomino sigue siendo la gran protagonista por su singular relación con los suelos de albariza, pero las bodegas también están recuperando uvas ancestrales como la vigiriega, la beba y el perruno, variedades prefiloxéricas se perfilan como una respuesta sostenible y adaptada a los desafíos del cambio climático.

Mayor oferta, creatividad y personalización dentro del sector del enoturismo, un tipo de actividad que cada año genera más riqueza en la región con experiencias que combinan visitas a viñedos, catas privadas y actividades donde el vino se fusiona con la gastronomía y la naturaleza.

Más presencia que nunca en maridajes de alta cocina. La versatilidad de los vinos de Jerez ha provocado un auge de maridajes innovadores en la alta cocina, con chefs y sumilleres explorando nuevas combinaciones, una tendencia que posicionará al Jerez como un aliado imprescindible en la gastronomía contemporánea.

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