Así se asegura en la quinta edición del informe The New Habitat!, impulsado por APE Grupo y elaborado por la consultora Futurea, que analiza las principales tendencias que están redefiniendo hogares y cocinas y otros espacios que habitamos: desde el auge de la vida hiperdoméstica y el nuevo rol de la oficina, hasta la reinvención del retail físico o los modelos emergentes en el sector hospitality.
El informe explica que con el creciente deseo de las personas de permanecer en casa —por seguridad, comodidad y economía—, los espacios domésticos han ido evolucionando para adaptarse a múltiples funciones. Según estudios recientes, como el de The Future Laboratory y la arquitecta María Lozano, “el hogar se ha convertido en el epicentro de la vida diaria y una extensión de la identidad personal. La cocina, en particular, refleja esta transformación al pasar de ser un lugar funcional a convertirse en un entorno emocionalmente significativo, multifuncional y abierto a nuevas formas de uso”.
De este modo, la cocina ya no es solo un sitio para preparar alimentos, sino un espacio de encuentro, creatividad culinaria y celebración. El auge de las experiencias gastronómicas dentro del hogar es una clara manifestación de esta tendencia. Factores como la inflación, la inseguridad exterior y la necesidad de ahorro están motivando a las personas a recrear experiencias premium sin salir de casa. Esto ha generado un notable aumento en la organización de cenas temáticas y eventos en el hogar, donde la cocina y el comedor se integran como protagonistas del entretenimiento. Las búsquedas en plataformas como Pinterest muestran un alza de más del 6000 % en temáticas como cenas con invitados, fiestas inspiradas en series televisivas.
Este fenómeno ha revitalizado el uso del comedor, que por años fue un espacio secundario, compartido o subutilizado. Hoy, tanto el comedor como la cocina forman parte de una zona social expandida dentro del hogar. Ya no son lugares rígidamente definidos, sino áreas versátiles que permiten cocinar, compartir, jugar, trabajar o simplemente convivir. Esta visión ‘no-binaria’ del espacio —que recupera modelos del pasado donde no existían compartimentaciones estrictas entre trabajo, vida familiar y ocio— impulsa un diseño más libre, fluido y adaptable.
Asimismo, la cocina se rediseña para responder a las nuevas exigencias del hogar autosuficiente y emocionalmente resonante. Materiales, distribución y tecnología se integran para ofrecer experiencias más ricas: desde electrodomésticos inteligentes hasta mobiliario multifuncional que permita transformar el espacio según las necesidades del momento. Las cocinas del futuro no solo serán eficientes, sino también capaces de crear ambientes acogedores que fomenten la interacción y la creatividad.
En conclusión, la cocina en los hogares del futuro se perfila como un eje vital, emocional y funcional. En ella convergen las aspiraciones de autosuficiencia, bienestar y conexión social, al mismo tiempo que refleja una nueva manera de habitar y experimentar el espacio doméstico. Más que una simple estancia, se convierte en un laboratorio de experiencias, un refugio sensorial y un símbolo de una vida centrada en el hogar.
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