Todo ello incrementa el riesgo de intoxicación alimentaria si no se siguen unas pautas básicas de higiene y conservación como evitar la contaminación cruzada, mantener la cadena de frío, revisar el etiquetado y garantizar una correcta limpieza y desinfección, entre otras.
Vacaciones sin problemas de intoxicación alimentaria
Por ello, desde el grupo de restauración colectiva Mediterránea Group han querido ofrecer una serie de claves para mantener la inocuidad de los alimentos durante el verano, unas prácticas cotidianas muy sencillas que contribuyen a reducir riesgos:
Evitar la contaminación cruzada. Separar los alimentos crudos de los ya cocinados, utilizar distintos utensilios y superficies para su manipulación, y lavarse las manos de forma frecuente, son gestos básicos que ayudan a evitar la transmisión de microorganismos, que cobran mayor importancia aun en esta época, cuando cocinamos en exteriores o en espacios improvisados. Manipular alimentos crudos y ensaladas en la misma superficie, por ejemplo, puede suponer un riesgo real si no se toman las medidas necesarias. En estos casos, contar con tablas de cortar diferenciadas, utensilios limpios y una buena organización del cocinado ayuda a mantener la seguridad sin renunciar a la comodidad.
Extremar las precauciones con la refrigeración. Las bacterias proliferan con mayor rapidez en ambientes cálidos. Por eso, es fundamental conservar los alimentos a temperaturas adecuadas, no solo en el frigorífico doméstico, sino también cuando se transportan para su consumo en escapadas o comidas al aire libre, utilizando bolsas térmicas, neveras portátiles u otros métodos que permitan mantener los productos fríos. Además, es importante tener en cuenta el tiempo que transcurre desde la preparación hasta la ingesta. Si se superan las dos horas sin refrigeración, muchos alimentos pueden dejar de ser seguros para el consumo.
Leer bien las etiquetas de los alimentos. En circunstancias extraordinarias como las vacaciones, comprobar instrucciones de conservación y preparación, especialmente en productos que requieren una manipulación específica para mantener su seguridad cobra una mayor importancia. y como el resto del año, es importante revisar ingredientes, alérgenos y fechas de caducidad cuando cocinamos para personas con intolerancias, alergias o requerimientos dietéticos específicos.
Limpiar y desinfectar minuciosa y constantemente. Es importante saber que limpiar no siempre significa desinfectar. Una higiene adecuada implica el uso de productos específicos en las dosis correctas para asegurar la eliminación de microorganismos. La limpieza y desinfección adecuadas reducen las posibilidades de contaminación cruzada y disminuyen la carga microbiológica en utensilios, superficies y recipientes, especialmente en entornos húmedos y calurosos. Este proceso debe aplicarse tanto antes como después de manipular alimentos, sobre todo en cocinas compartidas, barbacoas o instalaciones temporales, usando paños desechables o bien higienizados, evitando esponjas húmedas mal conservadas y ventilando bien los espacios.
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