- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Por ello, desde Kaiku Sin Lactosa han querido ofrecer una serie de propuestas —salsas, colores, detalles de otras culturas y nuevas texturas— para alegrar los platos con un toque diferente cada día, sin renunciar ni al sabor, ni al beneficio de comer saludable.
Comer en la oficina… sin que sea un aburrimiento
Contra el aburrimiento, nuevas salsas. Las salsas pueden llegar a ser uno de los mejores aliados contra el aburrimiento culinario. Aunque el hecho de incorporar salsas en un plato saludable pueda parecer contradictorio, existen diferentes alternativas ligeras para coronar un plato aburrido como se merece: una de las claves a la hora de preparar salsas sanas es escoger la base ideal: los yogures sin azúcares añadidos o yogures griegos para un toque de cremosidad, son perfectos para aderezar ensaladas e incluso platos de pastas, agregando especias, limón o frutas, se consiguen salsas con sabor y ligeras. Además, la leche sin lactosa es el mejor sustitutivo de la nata: ligera y con todo el sabor, perfecto para untar el pan integral.
El color ayuda. Siempre se ha dicho que la comida entra por los ojos. De modo que otro consejo para no aburrirse comiendo en la vuelta al trabajo es jugar con el color en los platos. A la hora de elaborar un menú semanal en versión tupper, nada como incorporar alimentos que abarquen una diversidad de tonalidades, puesto que de esta forma no sólo se asegura incorporar alimentos con variedad de nutrientes y beneficios, sino que además el plato quedará más llamativo y apetitoso. El verde de las espinacas o la rúcula, el rojo de los tomates y los pimientos, colores naranjas como los del mango o el salmón, e incluso el blanco del queso y las almendras.
Inspirarse en otras culturas. Nada como un soplo de aire fresco inspirándose en las cocinas de otros países con eneldo y pescado ahumado, al estilo nórdico, llenando del color del comino y el curry el clásico pollo con arroz, o dejando que el jengibre y la soja aderecen un pescado. Inspirarse en otras culturas siempre le dará un toque novedoso al manido menú de todos los días.
Jugar con las texturas. Muchas veces lo que aburre no son solo los sabores repetitivos, sino también las texturas. Para ello, nada como incorporar el crujiente en los platos: muesli, cacahuetes, nueces, verduras crudas, etc. Por ejemplo, añadir al clásico yogur unas lascas de coco, muesli o trozos de chocolate negro, o en el sándwich de media tarde incorporar unas rodajas de pepino crujiente.
La entrada Volver a comer en la oficina… sin que sea un aburrimiento aparece primero en Diario de Gastronomía: Cocina, vino, gastronomía y recetas gourmet.
Ver Fuente
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones