De los sabrosos platos de Oriente Medio y el Sudeste Asiático a la sutileza de la cocina japonesa, pasando por los tradicionales guisos europeos, la variedad africana y la creatividad de la cocina latinoamericana, el mapa gastronómico global es tan diverso como fascinante.
Como, por ejemplo, la cocina de Marruecos una de las más ricas y variadas del Magreb, la zona del noroeste de África, caracterizada por el uso de especias, cocciones lentas y la combinación de sabores dulces y salados, de la que algunos de sus platos más característicos, en opinión de diferentes operadores turísticos, expertos del sector, medios especializados o viajeros, son:
Pan khbuz. La principal característica del pan marroquí, o pan khbuz, es que es plano y que se cocina completamente pegado a las paredes del horno. De esta manera se consigue un producto con bastante menos miga que los panes a la europea y que resulta absolutamente suculento. Acompaña a todo tipo de comidas, pero la realidad es que está tan delicioso que muchos consumen esta comida típica de Marruecos sin acompañante alguno, como si fuera un bollo (Hoteles Barceló).
Zaalouk (o zaalouk). Ensalada templada de berenjenas asadas o fritas con tomate, ajo, pimiento y especias. Se sirve como aperitivo o guarnición. A menudo es conocida también como caviar de berenjenas, por su consistencia y apariencia, aunque podría recordar más bien a un pisto, por su forma de elaboración y por sus ingredientes, aunque con algunas variaciones importantes (Turismo Marruecos).
Harira. Sopa tradicional con un alto poder nutritivo, por lo que se suele tomar en la ruptura del ayuno los días del Ramadán. Incluye verduras, cereales, carne y legumbres, normalmente garbanzos. Sin embargo, lo que le da su delicioso sabor son las hierbas aromáticas, como el cilantro o la hierbabuena, el tomate, el limón y especias como la harissa, que le otorga un toque picante. Todo ello se espesa con un poco de harina (Hellotickets).
Tajín ( también Tayín). Es un guiso cocinado en un recipiente de barro con tapa cónica —de hecho, ambos términos se refieren tanto al plato como al propio recipiente (como ‘paella’ en España)—, que permite una cocción lenta y mantiene los jugos, que puede prepararse con diversos ingredientes como pollo, cordero, ternera, pescado o solo verduras, y se aromatiza con especias como el ras el hanut (Explore Marruecos Viajes).
Cuscús (también Cous cous o Couscous). Si el tajín es fundamental para conocer y comprender la base de la comida típica de Marruecos, no lo es menos este plato, también un guiso a base de carne y verduras pero, en este caso, la base es la sémola de trigo. Además, todo ello cuece con abundantes garbanzos. Tan importante como el plato en sí es el caldo de la cocción, con el que luego se riega el cuscús una vez en la mesa. Ese caldo, además, puede ser la base de la harira. Es decir la sopa, por definición, de la cocina marroquí (Barceló Hoteles).
Pastela (también Pastilla o Bastilla). Se trata de una rica empanada de masa filo rellena de pollo desmenuzado, almendras y especias, espolvoreada con azúcar glas y canela, que combina sabores dulces y salados (Explore Marruecos Viajes).
Koftas (o keftas). Muy popular desde Marruecos a Pakistán, pasando por la India, Turquía, los Balcanes, Oriente Medio y Asia Central, la gran protagonista de este plato es la carne picada, generalmente de ternera o cordero, mezclada con especias y hierbas, que puede presentarse en forma de albóndigas, brochetas o guisos. En Marrakech es bastante frecuente añadirle Ras el Hanout, aunque también puede llevar pimentón, jengibre o cilantro (Hellotickets).
Meshwi (o mechui). Cordero o un carnero entero, vaciado, condimentado en su interior y asado al aire libre en espetón sobre brasas o en horno de tierra, con la carne muy tierna y jugosa. Es típico en celebraciones y banquetes (Larousse Cocina).
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